Durante la Época Incaica, se dice, que el heredero al trono estaba afectado por una extraña enfermedad. Luego de intentar todo tipo de curas, los sabios del reino recomendaron al monarca que su hijo sólo podía ser sanado en una vertiente ubicada en una lejana comarca al sur. Se preparo un expedición con los mejores hombres para abandonar el Qosqo. Después de mucho tiempo, alcanzaron las altas cumbres y encontraron al otro lado de una profunda quebrada surcado por un tempestuoso rió (Rió las Cuevas) brotaban las aguas termales que curarían al heredero...
Como no había forma de cruzar, los guerreros incas, se abrazaron fuertemente y formaron el puente que necesitaba el jefe para cruzar... Entonces el inca, caminando por encima de las espaldas de sus hombres, llevó a su hijo en brazos hasta la terma, en donde encontró la ansiada cura. Cuando volvió atrás su mirada para agradecerles a sus guerreros, éstos se habían petrificado, creando el famoso puente.
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