martes, 12 de junio de 2012

Oda a Una Estrella



Asomando a la noche en la terraza


de un rascacielos altísimo y amargo
pude tocar la bóveda nocturna
y en un acto de amor extraordinario
me apoderé de una celeste estrella.

Negra estaba la noche
y yo me deslizaba
por la calle
con la estrella robada en el bolsillo.
De cristal tembloroso
parecía
y era
de pronto
como si Ilevara
un paquete de hielo
o una espada de arcángel en el cinto.

La guardé
temeroso
debajo de la cama
para que no la descubriera nadie,
pero su luz
atravesó
primero
la lana del colchón,
luego
las tejas,
el techo de mi casa.

Incómodos
se hicieron
para mí
los más privados menesteres.

Siempre con esa luz
de astral acetileno
que palpitaba como si quisiera
regresar a la noche,
yo no podía
preocuparme de todos
mis deberes
y así fue que olvidé pagar mis cuentas
y me quedé sin pan ni provisiones.

Mientras tanto, en la calle,
se amotinaban
transeúntes, mundanos
vendedores
atraídos sin duda
por el fulgor insólito
que veían salir de mi ventana.


Pablo Neruda.


Imagen mañanera...

Pasadito el Otoño, se vinieron encima las heladas, las viñas rojizas, van sufriendo las nevadas!!!
De apoco, desde los picos mas altos, va bajando el fresco, hacia el pedemonte mendocino!
En el valle de Uco, ya empezó, el rojizo de los arboles ya callo, los primeros zondas, voltearon toda hoja, que aun resistía, aferrada a su tallo, hoy... ya son alimento de la tierra, y solo encontramos el rojo, en una linda imagen mañanera...  De apoco, de apoco, el tiempo se nos va pasando! apresurado, por ver la nueva vendimia...